Como futuro maestro o maestra de primaria, debes tener las habilidades para dar una clase de matemáticas. Por eso, parte del equipo de Conecta Oposiciones ha querido darte unas pautas por las que comenzar.
Es evidente que preparar y saber dar una clase es muy importante para los maestros de primaria y que existen consejos para impartir diferentes materias, aunque estos no funcionan para todas. En el caso de las matemáticas, existen una serie de características que las hacen ser especiales.
Las matemáticas son la asignatura que más quebraderos de cabeza suele dar a aquellos que las estudian, tanto en los colegios como en los institutos, siendo la materia que más clases de apoyo necesita como actividad extraescolar. Además, las matemáticas no paran de investigarse para poder encontrar técnicas que permitan enseñarlas de una forma diferente a la actual.
Ser maestro o maestra de primaria no es nada fácil, y menos teniendo que impartir matemáticas. Por ello, nosotros te ayudaremos con algunos consejos para preparar las clases y motivar a tus alumnos desde el minuto uno.
Lo primero que debes tener en cuenta y lo más importante es planificar el curso completo, teniendo preparados todos los materiales que serán necesarios para poder dar una clase de matemáticas. También se deben tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Historia de las matemáticas. Haz que tus alumnos se interesen por las matemáticas desde el principio, contando alguna anécdota sobre la materia como el origen, o un dato histórico. Captar su atención es importantísimo para el futuro rendimiento en la asignatura. Hazles saber que las matemáticas son mucho más que fórmulas y números.
- Haz un test previo. Comienza por descubrir el nivel que tiene cada uno de tus alumnos con ayuda de un pequeño examen. Esto te servirá para saber por dónde abordar la siguiente lección, así como para descubrir qué es lo que el alumno está entendiendo como lo que no.
- Escoge los temas por orden. El orden en las matemáticas es muy importante, ya que ir saltando de tema en tema sin sentido puede confundir al alumno y hacer que aprenda mal.
- Explica la teoría. Cada alumno es diferente y tiene una capacidad de aprendizaje distinta. No hay un alumno igual a otro. Por ello, escoge la técnica que creas conveniente para cada uno al explicar la teoría de las matemáticas. Recuerda que entender la teoría es igual de importante que saber aplicarla.
- Dudas y consultas. Si tu alumno tiene alguna duda respecto al tema, intenta marcar un tiempo para poder solucionarlas. De igual forma, si no tiene ninguna, hazle tú preguntas para intentar averiguar si entiende aquello que crees que puede resultar más complicado. Asegúrate de que el alumno lo ha captado todo correctamente.
- Haz problemas. La única forma que hay de aplicar lo aprendido en matemáticas es realizando ejercicios con problemas. Para que no se haga tan aburrido, intenta intercalar diferentes ejercicios que sean didácticos a la par que divertidos.
- Corrige. Cuando te pongas a corregir los ejercicios de tus alumnos, revisa paso por paso cada uno de los ejercicios y analiza cuáles han sido los fallos.
- Vuelve a la teoría. Puntualizamos de nuevo la importancia de la teoría, y por ello, nunca está de más volver a repetirla.
La pregunta que más veces se hacen los alumnos de matemáticas es “¿para qué sirven?”. No es fácil responderla, pero si se usan buenos ejemplos, quizá consigamos hacerlo.
Recuerda que las matemáticas no dejan de ser una ciencia abstracta, y por esta razón resulta realmente complicado ponerlas en práctica. Esto no quiere decir que no sea posible explicar el lenguaje matemático, pues lo único que hace falta es aprender a hacerlo.
Un buen profesor de matemáticas debe saber hacer atractiva la asignatura. Por ello, debemos ser capaces de elaborar problemas que afecten directamente a nuestros alumnos. Un ejemplo podría ser tratar un tema como las Olimpiadas o algo gracioso y que tenga sentido para ellos. Esto funcionará a la perfección, y piensa que esta asignatura pide una gran capacidad de abstracción y conceptualización. Por lo tanto, cuanto más cómodo se sienta el alumno, mejores serán los resultados que ofrezca.
Otro punto importante que se debe tener en cuenta cuando se da una clase de matemáticas es la motivación de los alumnos. Cuando se comienza un nuevo tema la primera reacción que tienen todos es la de pronunciar frases como “esto no lo estoy entendiendo” o “esto es muy difícil”. Está demostrado que los problemas de actitud son los principales factores por los que se da parte del fracaso escolar, por lo que hay que invertir el mismo esfuerzo en motivar a tus alumnos como en explicarles la teoría.
Para ello, existen cuatro reglas clave que debes tener bien guardadas en tu cabeza para siempre:
- Paciencia. No a todo el mundo le va a costar lo mismo aprender una asignatura. Cada alumno tiene unas capacidades diferentes y por eso un buen maestro en general, y de matemáticas en particular, tiene que ser paciente.
- Sentido. Intenta que todo lo que estás explicando tenga relación alguna con lo que el alumno entiende. Si no es así, entonces este jamás llegará a entenderla.
- Motivar. Hay muchas formas de motivar a un alumno en una asignatura en concreto. En matemáticas, haz que se sienta cómodo y que trabaje en el ambiente de su clase. Así llegará a tomarse la asignatura en serio. Además, es muy importante que no se sienta presionado en ningún caso cuando sufra algún bloqueo, ya que de esta forma puede ser que nunca llegue a desbloquearse.
- Empatía. Este punto quizá sea el más importante de los cuatro, pues ponerse en el lugar del alumno es lo que hará que estos triunfen en una asignatura tan compleja como lo son las matemáticas. Dependiendo del alumno, unos necesitarán más firmeza, mientras que otros, que se les rebaje la presión.
Ahora ya conoces todo lo fundamental para ser un maestro de matemáticas increíble. ¿Cuándo comienzas a hacer tu sueño realidad?