Cómo reconocer a las víctimas de bullying y sus agresores

víctimas de bullying

Hace unos días hablábamos en un artículo de cómo actuar frente a uno de estos casos, así que hoy lo haremos sobre cómo reconocer a las víctimas de bullying.

Muchos niños son víctimas de bullying en el colegio, y por ello es muy importante para los docentes saber reconocer tanto a las víctimas como a los agresores para poder detectar a tiempo este comportamiento.

Recordemos que el acoso escolar se caracteriza por ser un comportamiento agresivo que no es deseado en absoluto entre los niños en edad escolar y que involucra un desequilibrio de poder real o percibido. Las víctimas de bullying lo son porque poseen factores de riesgo que automáticamente les convierte en víctimas de acoso escolar, como llevar gafas, tener sobrepeso, ser menos popular o destacar en los estudios. Aunque no siempre se dan estos casos.

Es posible detectar un caso de acoso escolar en el 90% de los casos si se presta un mínimo de atención. Algunos de los síntomas que posiblemente puedan darse en las víctimas de bullying son los siguientes:

  • El niño sufre cambios de conducta bastante notables, es decir, es posible que un niño aplicado y que siempre esté sonriendo se pierda en sus pensamientos o siempre esté triste.
  • Le cuesta mucho ir al colegio, hasta el punto de resistirse a hacerlo e inventar historias para esconder el verdadero motivo por el que no quieren acudir. Por ejemplo, muchas víctimas de bullying fingen estar enfermos habitualmente para evitar asistir a clase.
  • Cuando llega el domingo, el niño comienza a tener ansiedad por volver al colegio el lunes, llegando incluso a sufrir dolor de barriga o de cabeza, así como vómitos y diarrea. Incluso molestias tanto físicas como psicológicas.
  • El niño presenta varios golpes o moretones en su cuerpo y cuando le preguntas no sabe explicar por qué los tiene o si lo hace, es de forma extraña.
  • El niño se vuelve más nervioso e irritable.
  • También se encuentra siempre triste y pensativo, y con la autoestima baja.
  • Prefiere pasar tiempo solo en casa en lugar de salir con sus amigos.
  • Suele perder varios objetos o incluso dinero continuamente, síntoma de que alguien se lo está robando.
  • Las víctimas de bullying suelen sentir diferentes malestares por la mañana antes de ir al colegio, como por ejemplo palpitaciones o dolores de barriga.

Como puedes ver, las víctimas de bullying sufren tanto física como psicológicamente, y para nada tiene que ver con un juego o una forma de fortalecer el carácter del agresor o del agredido. Lo más espantoso de todas estas situaciones de acoso escolar es que algunos deciden optar por la opción de quitarse la vida. De hecho, del total de los adolescentes que se suicidan cada año, un 78% fueron víctimas de bullying.

Como Diego Jokin, un niño de 11 años que decidió quitarse la vida tras meses soportando agresiones y vejaciones por parte de sus propios compañeros de clase. Diego no quería ir a clase y, como la mayoría de las víctimas de bullying, tampoco contó a sus padres lo que le sucedía, pues era un gran alumno y sus padres no llegaban a comprender qué le ocurría.

Por esto, hay que estar muy atento a cualquier cambio de comportamiento en los más pequeños porque el acoso escolar es algo muy serio y que, por desgracia, cada día es más común en nuestra sociedad y en todos los centros educativos del mundo.

víctimas de bullying

Al igual que podemos reconocer a las víctimas de bullying, también podemos hacerlo con sus agresores. Y hay que tener la mente abierta, porque cualquiera puede llegar a ser un acosador, incluso quien menos esperes. ¿Por qué decimos esto? Pues porque no es necesario que sea mucho más grande o fuerte que el resto de niños, o que haga uso de la violencia para conseguir aquello que desee.

Ser capaz de reconocer al agresor no es tarea fácil, pues puede ser desde el niño más popular del colegio hasta el que se aísla y tiene baja autoestima. ¿Cómo podemos descubrir quién es el acosador en estos casos? Observando diferentes factores que forman parte de su personalidad. Para ello, deberás hacerte las preguntas que formulamos a continuación:

  • ¿Es el niño agresivo o tiene facilidad a la hora de frustrarse?
  • ¿Existen problemas dentro del ámbito familiar del pequeño?
  • ¿Tiene dificultades para respetar las reglas y seguirlas?
  • ¿Piensa que la violencia es la mejor manera de conseguir aquello que más desea?
  • ¿Sus amigos se dedican a acosar a otros niños?
  • Cuando se burla o ridiculiza a los demás niños, ¿cómo se siente? ¿Se siente bien al hacerlo?
  • ¿Incita a sus compañeros a que le acompañen en sus comportamientos cuando se burla de otro compañero? Y si este no tiene intención de participar, ¿le desprecia?
  • ¿El comportamiento de ese niño es intimidante y provocador?
  • ¿Le cuesta al niño llegar a empatizar con el resto de sus compañeros?
  • ¿Insiste en que sus deseos y su voluntad se impongan siempre, sin importarle las consecuencias que se desencadenan?
  • ¿No muestra arrepentimiento ni sentimientos de culpa y justifica normalmente sus actos diciendo que esa persona se lo ha buscado o se lo merecía?
  • ¿Suele estar metido en toda clase de problemas?

Si tras haber leído estas preguntas, algunas de las respuestas son afirmativas, existe la posibilidad de que alguno de tus alumnos sea un potencial agresor. Por ello, debes prestar muchísima atención a tus alumnos y actuar en el caso de que pienses que alguno de ellos puede estar siendo víctima de bullying o el que ejerce la violencia contra otro compañero. Intenta hablar con ese alumno, hacer que entre en razón, buscar entre las diferentes autoridades escolares y los profesores alguna solución juntos. 

Recuerda que el bullying no es algo natural ni cosa de niños. Es un grave problema que cada vez es más habitual en las aulas de todo el mundo, y es necesario pararlo a tiempo antes de que sea demasiado tarde. 

Si eres docente, actúa y no te quedes de brazos cruzados ante estas situaciones.

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